miércoles, 24 de abril de 2019

Plaga "Algas Verdes". Un problema de gobernanza



Desde hace alrededor de 15 años, las playas de Algarrobo experimentan problemas que no han sido resueltos. Cuando digo problemas, no sólo aludo a lo evidente sino también a lo subyacente, y es de lo subyacente de lo que trata esta columna.

La gran mayoría de quienes conocen Algarrobo, saben que las playas del sector “Los Tubos” están haciéndose cada vez más chicas y están invadidas por lo que se ha denominado coloquialmente “sopa verde”. Que las playas estén angostándose es producto de un proceso de erosión costera, y que las playas estén invadidas por la “sopa verde” es causado por un florecimiento masivo de macroalgas del género Ulva.

Ambos fenómenos, es decir, la erosión costera y el florecimiento de Ulva, posiblemente están correlacionados y actúan de manera sinérgica, generando un gran malestar social y problemas ecológicos. Playas que otrora eran el orgullo de Algarrobo, hoy son casi imposibles de visitar porque ya no queda espacio entre el mar y lo que no está cubierto de algas pútridas. 

Las pérdidas económicas asociadas a la merma de turistas en estas playas no han sido cuantificadas, pero es esperable que la comuna de Algarrobo esté perdiendo significativas cantidades de dinero por tener las playas en dichas condiciones. Los locatarios de quioscos y almacenes bien lo saben; los vecinos del sector están preocupados porque sus casas pierden plusvalía; la Municipalidad invierte aproximadamente 30 millones de pesos por año, sólo en concepto de limpieza de algas.

Como biólogo marino he estudiado en profundidad las causas biológicas, químicas y físicas de ambos fenómenos y podría hablarles extensamente de éstas. Sin embargo, quiero develar que la problemática en las playas de Algarrobo no se deriva exclusivamente de un problema físico-biológico, enmarcado dentro del contexto de las ciencias naturales. La problemática de la erosión costera e invasión de algas verdes es también un problema social, político, económico y sobre todo de gobernanza. Creo que hasta ahora no ha existido un liderazgo que esté a la altura para enfrentar el desafío de devolverle a Algarrobo las playas que se merece. 

Cuestiono este liderazgo porque veo con impotencia que la Municipalidad gasta importantes montos de dinero en soluciones “parche”, que no atacan la causa de raíz de los problemas, sino únicamente los efectos de las algas verdes y la erosión costera. En este punto hay dos elementos, siendo el primero el gasto ineficiente de recursos, y el segundo, los daños imprevistos de las acciones de mitigación.

Primero, y para ser más específico, la Municipalidad gasta al menos desde el año 2011 cerca de 30 millones anuales en la limpieza de algas, y este año 2019 se planea invertir 52 millones en la remoción manual de las algas. Por supuesto, estas inversiones no garantizan en ningún caso que Ulva sea erradicada, y el tiempo de permanencia de esta problemática así lo ha confirmado. Este género de algas tiene estrategias agresivas de reproducción y ciclos de vida complejos (Wang et al., 2015), con esporas que pueden quedar suspendidas en la columna de agua por semanas, independiente si se remueve el alga del sustrato. Es decir, más allá de limpiar el fondo marino, rocas y columna de agua, yo no veo en esta acción más que un análogo de desmalezar en tierra. Esta impresión no es sólo mía, sino compartida por la comunidad de científica que estudia el florecimiento de este tipo de algas (Wang et al., 2015).

Por otro lado, respecto al problema de la erosión costera, el Municipio ha realizado inversiones aún más suntuosas y también cuestionables. Debido a que la playa del sector “Los Tubos” se ha erosionado considerablemente, el año 2013 se invirtieron 160 millones en proteger la Caleta de Pescadores ubicada en dicha playa. El muro, además de ser estéticamente indeseable (pueden coincidir o no), más temprano que tarde terminará cayéndose porque el “backwash” erosiona sus cimientos. El “backwash” es el efecto que tiene la energía de la ola cuando rebota en el muro y erosiona las bases mismas del muro (Alexandrakis et al., 2015).

Segundo, no hacer un adecuado análisis de las causas de raíz de un problema, puede agudizarlos. Permítanme desviarme por un momento para ejemplificar el punto. Durante la Edad Media, la peste negra mató a más de 50 millones de personas en Europa (WHO, 2017). La peste negra fue causada por una bacteria (Yersinia pestis), que infecta el tracto digestivo de pulgas; las pulgas a su vez son parásitos de diversos mamíferos, incluyendo el ser humano. Es ampliamente aceptado que la peste negra fue transmitida por ratas, que fueron un vector ideal para la infección. Como en el siglo XIV los conocimientos sobre bacteriología eran casi nulos y las supersticiones abundantes, gran parte de la población culpó a los gatos, en ese tiempo asociados con Satanás, de traer la peste para castigar a la humanidad. Una vez diezmada la población de gatos, adivinen qué paso con la población de ratas…

Ahora bien, volvamos a Algarrobo. Para mitigar los efectos de la plaga de algas verdes, la Municipalidad decidió limpiar las playas con maquinaria; al cabo de un tiempo se dieron cuenta que esta acción retiraba también grandes cantidades de arena, lo cual agudizó el problema de la erosión costera: el remedio fue peor que la enfermedad. Esta situación es análoga a lo que significó matar gatos en la Edad Media y en cómo esto fomentó la propagación de la peste negra. Esto es un recordatorio de que antes de ejecutar planes de mitigación sobre los efectos de un problema, es necesario identificar de manera adecuada sus causas de raíz.

¿Por qué es malo que la Municipalidad haya extraído arena de la playa, produciendo más erosión costera?

Primero, porque deja más sustrato rocoso disponible (i.e. descubierto de arena) para la colonización del alga que se pretende erradicar. Segundo, remueve la protección natural que provee la playa, dejando expuesto los cimientos de la muralla de contención que cayó en 2017 y costó 396 millones. Tercero, reduce el ancho de la playa donde residentes y turistas van a veranear, generando pérdidas económicas asociadas al turismo.

Dramático avance de la erosión en nuestras playas

Equivocarse es humano. Si los párrafos anteriores revelan los errores de gestión, quisiera aclarar que la intención no es juzgar por esto a la Municipalidad, ni menos a alguna administración en particular. La Municipalidad ya tiene otras tareas importantes de las cuales hacerse cargo y tampoco se espera que tenga la capacidad para solucionar todo tipo de problemas, ninguna institución tiene facultades omnipotentes. Sin embargo, lo que sí me parece grave, es que no se ha tenido la valentía de reconocer que el problema le queda simplemente grande. 

Cuando uno no sabe algo, pregunta.
 
Veo, sin embargo, que han pasado alrededor de 15 años con este problema y las decisiones de cómo afrontarlo parecen seguir tomándose a puertas cerradas. No he visto que exista la voluntad de exponer la problemática en foros públicos y/o técnicos donde podrían plantearse soluciones. Las razones de por qué no se expone esta situación, las desconozco.

¿Qué haría yo? Por lo pronto, en vez de malgastar 52 millones en mitigar los efectos de las algas, invertiría ese dinero en estudios que den evidencia de las causas de raíz de este problema.
Una de las hipótesis más comunes que se manejan respecto al florecimiento Ulva es la presencia de un fenómeno conocido como eutrofización, que hace referencia a un exceso de nutrientes en el agua. Este exceso de nutrientes permite que las algas se reproduzcan y crezcan en grandes cantidades como las observadas en Algarrobo. 
Con 52 millones se pueden financiar estudios que permitan 1) identificar si existe alguna entidad que esté descargando exceso de nutrientes a la bahía; 2) estimar las pérdidas económicas causadas por la merma en turismo. Ambos estudios que les menciono son estratégicos, es decir, sirven a un plan mayor. Para dar solución a los problemas de erosión costera y el florecimiento de algas verdes en Algarrobo, es necesario tener un plan. En Algarrobo no se ha hecho nada de este tipo, no se ha hecho ningún esfuerzo que vaya más allá de la solución parche.

¿Qué más haría? Me organizaría. Muchas veces las soluciones a problemas complejos no vienen “desde arriba” y tienen que ser gestionadas desde la comunidad. La sociedad civil y las ONG pueden cumplir un rol en este punto. Creo que varias organizaciones en Algarrobo están dando buenos pasos en esta dirección. Presionen y no permitan que se gasten dineros públicos en acciones que no son conducentes a solucionar el problema.

Por último, quisiera decirles que sí existen soluciones a las causas de raíz de la erosión y el florecimiento algal, de las cuales no he hablado en esta columna. Estas soluciones pueden ser propuestas en una instancia que así lo amerite, pero para ello la Municipalidad tiene que estar abierta y dispuesta a pedir ayuda. Quizá este sea el desafío más importante y uno de los escollos más difíciles de superar. Para ejercer un liderazgo fuerte y sano, los líderes deben saber reconocer cuando se equivocan y cuando pedir ayuda. 15 años es un largo tiempo, pero más vale tarde que nunca.

Rodrigo Zilleruelo E.
Biólogo Marino PUC, Máster en Ecological Economics de la Universidad de Edimburgo, UK

3 comentarios:

Santiago Perez dijo...

Un eventual problema puede ser la union del islote Los Pinguinos con el continente, lo que impedido la circulacion del agua de mar y sus corrientes naturales que alejarian aguas residuales contaminantes.
Este es un tema que es necesario comprobar, pues este fenomeno de las algas ulva coincide con la union mencionada.

José Valenzuela dijo...

Don Santiago eso no lo mencionan siquiera siendo algo muy importante de hecho la eutrofización que menciona este señor, puede verse favorecida y aumentada por la unión de la isla con la costa, pero debe ser por los vínculos y convenios que la PUC tiene con la Cofradía.

Anónimo dijo...

El problema es la contaminacion por los residuos fecales que alimentan esta alga