Por David Bustos
Cualquiera que
venga de visita al Litoral de los Poetas, alguien que desconozca los vericuetos
del territorio, pensaría debido a su señalética que se trata de un lugar en que
se respira la poesía. Mario Barahona, hace poco, en una entrevista
realizada en una radio de San Antonio por la “colección” de poesía que da
cuenta de los poetas del territorio, dijo que cuando llegó a vivir acá, sólo vio
que habían tumbas, pero muy poca poesía.
Barahona no está
del todo equivocado, el tema turístico de los poetas sigue a toda máquina. Lo
que está al debe es un desarrollo de contenidos respecto al slogan “El Litoral
de los Poetas”. Neruda, Huidobro, Parra, son verdaderos íconos de la provincia, y
los gobiernos locales no han querido ser ajenos al acontecimiento del nombre y
la trayectoria de estos poetas, bautizando el litoral con ese hiperbólico
nombre. Interesante
sería que, más allá del título y los consecuentes beneficios turísticos, atendiéramos
el compromiso real con la poesía que tienen las distintas comunas de la zona. Y
después observar con detenimiento, cómo esta permanece fuera de cualquier tipo
de política pública.