“Todo puede ser cambiado,
pero nada cambiará
si no se comienza.”
T.S.Eliot
Querámoslo o no, cada uno de quienes
participamos de una comunidad, la construimos en algún sentido. Todos quienes habitamos
este maravilloso pueblo de mar somos conscientes del privilegio de despertar,
respirar, trabajar, recorrer y descansar acá, convivir con nuestras familias y
disfrutar de las personas que este maravilloso litoral acoge. Quizás sea el
contacto cercano con el mar, su aire puro y su gran riqueza humana la que nos
hace decir “me gusta vivir acá”. Esto no deja de ser cierto cuando pretendemos
levantar una mirada hacia el futuro de nuestra comuna, ni cuando vemos los
enormes desafíos que tenemos para mejorar la calidad de vida de todos quienes
habitamos este lugar, incluso cuando se identifican signos de deterioro que
indiscutiblemente nos afectan a todos.
Pienso que las formas de desarrollo comunitario han cambiado radicalmente y que, a pesar de ser mucho más conscientes de nuestra individualidad y de estar más atentos a nuestros planes y procesos personales de desarrollo, no estamos solos.
Siempre las minorías que controlan los espacios de poder, de cualquier índole, han pretendido aislar y construir una caricatura de comunidad en torno a estructuras formales de “autoridad”, sin embargo ellas se están transformando radicalmente y hoy no estamos solos, en realidad nunca lo estuvimos. Hoy las tendencias nos develan -y somos capaces de reconocerlas- que en cualquier comunidad, sea esta local, regional o nacional, los procesos de desarrollo que mejoran sustancialmente la calidad de vida de sus habitantes, requieren que las personas, desde su individualidad, desde su actuar personal, se integren conscientemente en procesos comunitarios. Esto se puede plantear de la siguiente forma: una comunidad (así como cualquier tipo de organización) se desarrollará solo si las personas que la componen se encuentran ellas en un proceso de desarrollo personal.
Nada sacamos con reclamar respecto del devenir de nuestra comunidad si no estamos dispuestos a crecer en conjunto y en el sentido de lo que queremos para Algarrobo.
Dicho lo anterior, me permito mencionar tres ámbitos en los cuales el cambio, respecto del desarrollo en comunidad, resulta fundamental y, por lo tanto, requiere de una nueva consciencia individual y colectiva en su despliegue.
Pienso que las formas de desarrollo comunitario han cambiado radicalmente y que, a pesar de ser mucho más conscientes de nuestra individualidad y de estar más atentos a nuestros planes y procesos personales de desarrollo, no estamos solos.
Siempre las minorías que controlan los espacios de poder, de cualquier índole, han pretendido aislar y construir una caricatura de comunidad en torno a estructuras formales de “autoridad”, sin embargo ellas se están transformando radicalmente y hoy no estamos solos, en realidad nunca lo estuvimos. Hoy las tendencias nos develan -y somos capaces de reconocerlas- que en cualquier comunidad, sea esta local, regional o nacional, los procesos de desarrollo que mejoran sustancialmente la calidad de vida de sus habitantes, requieren que las personas, desde su individualidad, desde su actuar personal, se integren conscientemente en procesos comunitarios. Esto se puede plantear de la siguiente forma: una comunidad (así como cualquier tipo de organización) se desarrollará solo si las personas que la componen se encuentran ellas en un proceso de desarrollo personal.
Nada sacamos con reclamar respecto del devenir de nuestra comunidad si no estamos dispuestos a crecer en conjunto y en el sentido de lo que queremos para Algarrobo.
Dicho lo anterior, me permito mencionar tres ámbitos en los cuales el cambio, respecto del desarrollo en comunidad, resulta fundamental y, por lo tanto, requiere de una nueva consciencia individual y colectiva en su despliegue.
Participación
Como ya lo señalara al comienzo de estas
líneas, en estos tiempos no existe la posibilidad de no-participación en los
procesos comunitarios. En nuestro actuar cotidiano lo hacemos, con nuestro
silencio o tomando la palabra, botando basura en nuestra privilegiada
naturaleza o recogiéndola, siendo solidarios o encerrándonos en nuestros
proyectos personales; en fin, es inevitable que en la suma de las actitudes y
comportamientos personales, en los espacios de convivencia, se estructure lo
que al final somos como comunidad, esto es así y lo ha sido siempre.
Lo que sí cambió radicalmente es que aquellos quienes tienen responsabilidades de conducción colectiva, nuestras autoridades y líderes comunitarios, tienen la obligación y la exigencia básica de ser capaces de actuar no en nombre de sus convicciones, si no que en función de lo que la comunidad decida. Hoy se les exige a los líderes la capacidad de convocar, gestionar e implementar políticas y programas de desarrollo de forma participativa, esto respecto de todos los temas que atañen a la comunidad. Cuando me refiero a procesos participativos, nada tiene que ver con actividades o reuniones formales (muchas veces obligadas) que revisten lo que se hace de legitimidad, cuando lo realizado está muy lejos de haber logrado convocar y rescatar lo que las personas realmente esperan de los temas comunes y con la información completa y necesaria para un correcto juicio.
La participación supone otro tipo de liderazgo, se requieren habilidades de escucha, se requiere la humildad de reconocer en el otro espacios de verdad, se requiere un lenguaje que construya, que refuerce la diversidad y respete lo que cada uno de nosotros somos. En definitiva, para una participación real se requiere aprender a dialogar, a desarrollar espacios de diálogo que nos permitan avanzar más rápido y mejor hacia lo que la propia comunidad decida. Hoy, cómo se hacen las cosas en Algarrobo puede ser considerado un retroceso, esto es, que cualquier tipo de decisión que afecte a la comunidad se haga a espaldas de ella, con la política de hechos consumados. Esto, en nuestra comuna lo podemos ver desplegado de forma dramática, y lamentablemente los costos de esta incapacidad, que nos compete a todos, la hemos pagado muy caro.
Lo que sí cambió radicalmente es que aquellos quienes tienen responsabilidades de conducción colectiva, nuestras autoridades y líderes comunitarios, tienen la obligación y la exigencia básica de ser capaces de actuar no en nombre de sus convicciones, si no que en función de lo que la comunidad decida. Hoy se les exige a los líderes la capacidad de convocar, gestionar e implementar políticas y programas de desarrollo de forma participativa, esto respecto de todos los temas que atañen a la comunidad. Cuando me refiero a procesos participativos, nada tiene que ver con actividades o reuniones formales (muchas veces obligadas) que revisten lo que se hace de legitimidad, cuando lo realizado está muy lejos de haber logrado convocar y rescatar lo que las personas realmente esperan de los temas comunes y con la información completa y necesaria para un correcto juicio.
La participación supone otro tipo de liderazgo, se requieren habilidades de escucha, se requiere la humildad de reconocer en el otro espacios de verdad, se requiere un lenguaje que construya, que refuerce la diversidad y respete lo que cada uno de nosotros somos. En definitiva, para una participación real se requiere aprender a dialogar, a desarrollar espacios de diálogo que nos permitan avanzar más rápido y mejor hacia lo que la propia comunidad decida. Hoy, cómo se hacen las cosas en Algarrobo puede ser considerado un retroceso, esto es, que cualquier tipo de decisión que afecte a la comunidad se haga a espaldas de ella, con la política de hechos consumados. Esto, en nuestra comuna lo podemos ver desplegado de forma dramática, y lamentablemente los costos de esta incapacidad, que nos compete a todos, la hemos pagado muy caro.
Probidad
Asistimos a una gigantesca crisis ética y valórica que golpea a nuestro país, a nuestras autoridades en el gobierno, a los partidos políticos, a nuestras autoridades comunales y a quienes hacen negocios con el único fin de asegurar la máxima rentabilidad de sus inversiones sin consideraciones ambientales y sociales. Esto supone movernos en un contexto de mentiras, verdades a medias, justificaciones vergonzosas y, en definitiva, un deterioro humano de proporciones. Lo vemos aquí, conviviendo con nosotros a diario, caminando por nuestra comuna, conversando con nuestros vecinos. Todos sabemos de qué estoy hablando.
Asistimos a una gigantesca crisis ética y valórica que golpea a nuestro país, a nuestras autoridades en el gobierno, a los partidos políticos, a nuestras autoridades comunales y a quienes hacen negocios con el único fin de asegurar la máxima rentabilidad de sus inversiones sin consideraciones ambientales y sociales. Esto supone movernos en un contexto de mentiras, verdades a medias, justificaciones vergonzosas y, en definitiva, un deterioro humano de proporciones. Lo vemos aquí, conviviendo con nosotros a diario, caminando por nuestra comuna, conversando con nuestros vecinos. Todos sabemos de qué estoy hablando.
Hoy las sociedades no toleran más las
formas corruptas de comportamiento; no soy ingenuo, estas seguirán por algún
tiempo reinando, principalmente en aquellos más dañados en su integridad moral,
pero esto se está terminando y somos nosotros quienes debemos poner el
comportamiento ético y transparente al centro de nuestro actuar, como un espejo
inquebrantable donde los corruptos se vean en su miseria. Aquí, una vez más,
los nuevos liderazgos, los hastiados de ver, saber y callar ¿Es Algarrobo una
comunidad corrupta? La respuesta, una vez más, la tenemos en nosotros, la
tenemos todos los que día a día habitamos este lugar, la respuesta la damos con
nuestro actuar, cuando toleramos y justificamos comportamientos corruptos
o cuando evitamos y hacemos ver, con respeto pero directamente, lo éticamente
inaceptable.
Desarrollo Integral
¿Cómo sabemos que en Algarrobo estamos desarrollándonos como comunidad? Unos podrán decir que nos desarrollamos porque hay muchos nuevos edificios en nuestras playas, humedales y lugares de valor natural, otros dirán porque se comienza a desplegar una actividad cultural alternativa cuyas manifestaciones se sienten más a menudo, otros querrán mirar los indicadores de la salud, educación, empleo, congestión, disponibilidad de espacios urbanos para la comunidad (nota: es una vergüenza que El Litre, principal y privilegiado espacio urbano de nuestra comuna, sea por décadas un estacionamiento de buses, colectivos y automóviles), o cualquier otro parámetro de referencia.
Con lo anterior pretendo mostrar lo complejo que es avanzar en nuestras comunidades tras un objetivo común. A nivel mundial lo que hoy determina si una comunidad avanza hacia el despliegue de sus potencialidades y hacia un desarrollo integral es la capacidad de avanzar en tres dimensiones del desarrollo, lo que se denomina “Desarrollo Sustentable”, estas tres dimensiones son:
¿Cómo sabemos que en Algarrobo estamos desarrollándonos como comunidad? Unos podrán decir que nos desarrollamos porque hay muchos nuevos edificios en nuestras playas, humedales y lugares de valor natural, otros dirán porque se comienza a desplegar una actividad cultural alternativa cuyas manifestaciones se sienten más a menudo, otros querrán mirar los indicadores de la salud, educación, empleo, congestión, disponibilidad de espacios urbanos para la comunidad (nota: es una vergüenza que El Litre, principal y privilegiado espacio urbano de nuestra comuna, sea por décadas un estacionamiento de buses, colectivos y automóviles), o cualquier otro parámetro de referencia.
Con lo anterior pretendo mostrar lo complejo que es avanzar en nuestras comunidades tras un objetivo común. A nivel mundial lo que hoy determina si una comunidad avanza hacia el despliegue de sus potencialidades y hacia un desarrollo integral es la capacidad de avanzar en tres dimensiones del desarrollo, lo que se denomina “Desarrollo Sustentable”, estas tres dimensiones son:
1. Desarrollo económico
2. Desarrollo social
3. Desarrollo ambiental
El “Desarrollo Sustentable” se encuentra al
centro de estas tres dimensiones, ninguna de ellas está sobre las otras,
descuidar alguna de estas dimensiones supone perjudicar severamente a las otras
dos. Este es el desafío y esto requiere capacidades técnicas y humanas para su
implementación. Nuevamente la respuesta está en nuestro comportamiento
individual en un contexto comunitario, en una relación consciente de individuo
y su entorno.
Para terminar una reflexión final de cara a enfrentar los cambios que vivimos como sociedad y la necesidad de enfrentarlos con liderazgos personales y colectivos ¿Qué da la categoría de “autoridad” a una persona en nuestra comuna? ¿Es sólo la posición formal que ella ocupa en la estructura comunal? El auténtico liderazgo de los representantes y autoridades comunales, en su quehacer y en sus organizaciones, se basa en tres cualidades esenciales, las cuales confieren lo que podemos llamar “autoridad” en el ejercicio de sus responsabilidades de cara a la comunidad, de cara a sus superiores, a sus pares y, por supuesto, de cara a sus subordinados, estas son:
Para terminar una reflexión final de cara a enfrentar los cambios que vivimos como sociedad y la necesidad de enfrentarlos con liderazgos personales y colectivos ¿Qué da la categoría de “autoridad” a una persona en nuestra comuna? ¿Es sólo la posición formal que ella ocupa en la estructura comunal? El auténtico liderazgo de los representantes y autoridades comunales, en su quehacer y en sus organizaciones, se basa en tres cualidades esenciales, las cuales confieren lo que podemos llamar “autoridad” en el ejercicio de sus responsabilidades de cara a la comunidad, de cara a sus superiores, a sus pares y, por supuesto, de cara a sus subordinados, estas son:
- Cualidades técnicas, para enfrentar con calidad los complejos procesos de gestión de organizaciones sofisticadas en entornos complejo.
- Cualidades humanas y éticas, para responder a las exigencias de probidad y transparencia que la sociedad reclama.
- Cualidades de interrelación, para construir diálogos constructivos, basados en el respeto y en una genuina valoración por la diversidad y dignidad de todas las personas que participan de esta comunidad.
Todos estamos llamados a ser autoridades de
nuestra comuna, en nuestro actuar diario, en nuestro actuar individual. Debemos
convertirnos en los cambios que queremos ver en Algarrobo.
Julio Villalobos Contreras
3 comentarios:
Buen día.- Me parece muy interesante el artículo de Don Julio Villalobos, Están muy bien acotados los puntos necesarios para una participación e integración ciudadana. Al respecto quisiera sumar otro aspecto que me parece estaría faltando, como es la integración de personas nuevas, preferentemente con estudios profesionales de gestión empresarial o administración, ingenieros comerciales u otros, En la actualidad no solo basta con tener voluntad comunitaria para presentarse a un cargo de concejal o municipal, considero imprescindible estudios mas acabados .Algarrobo está disminuido no por falta de recursos Municipales sino por falta de una buena gestión. Un SECPLAC eficiente hace la diferencia respecto de otras comunas. Atte. M. Olmedo
dice
No tengo dudas de que los cambios más profundos y significativos son lentos, siento que lo primero es recuperar la tierra, el suelo que ha sido erosionado por tantos años de sistemática práctica de ideotización social; no es casualidad que los políticos de turno sean desde artistas de farándula hasta locatarios bonachones, con poca capacidad técnica, precaria intelectualidad, y pocas competencias de orden organizacional para liderar equipos de trabajo. Ese hecho manifiesta por una parte la ignorancia y apatía del pueblo de electores, donde la premisa es elegir al "mal menor" no disponiendo en sí, de la consciencia necesaria para elaborar y desarrollar alternativas; por otra, la falta de instancias que promuevan espacios reales de participación y no, como dice Don Julio, solo instancias nominales que dan solo un perfume de participación, no siendo en modo alguno tomadas como instancias reales de decisión y participación ciudadana.
A mi reflexión inicial sobre como recuperar el suelo fertil erosionado por la ideotización sistemática, ese "Humus Fértil" que constituye humanidad, la mirada debe estar puesta en la educación, no sólo en la formal que entregamos en los colegios, sino en la educación como proceso continuo de orden transversal a la vida; como vecinos, como seres que aprenden a "escucharse" y "escuchar", que "sacan sus velos", en cultura, en intervenciones que despiertan como las del artista local Sebastián Carvajal, o bien en los espacios playeros, en las actividad de "glocalidad" que cotidianamente se están realizando.
La cuestión es intensionar y perder el miedo, y de ello, poco a poco, la tierra fertil de este litoral dará los frutos que tenga que dar, al tener primero, ciudadanos más conscientes, pues la no participación no está en el ámbito de la posibilidad, sino más bien, en el hecho dramático que encarna el desencanto colectivo......siento que eso debe sanar.....
Gracias Don Julius por aportar desde lo académico a la reflexión mayor en nuestras comunas.
Arison González Gaete
¿puede ser mas concreto? parece profe universitario de alto vuelo. no entendi casi nada.¿puede decir lo mismo en pocas palabras, directo al grano, sencillote al nivel de los algarrobinos. parece que vive en otro mundo. ¿es nacido y criado en algarrobo? o ¿cuanto años lleva viviendo en algarrobo? o ¿es algarrobino de fin de semana y vacacional?¿no sabe que algarrobo es un pueblo diferente que siempre estamos contentos con alcaldes, son como nosotros y saben lo que queremos ¿se está presentando usted a alcalde o consejal? en algarrobo nosotros elejimos a nuestras autoridades a la pinta nuestra.
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