Ante la bien poco amable expectativa de volver a escuchar la misma cartilla de discursos y promesas repetida una y otra vez (por los rostros de siempre, más la aparición de algunos pocos nuevos), consuela encontrarse con ejemplos como el del poblado andaluz de Marinaleda. Con 2700 habitantes, el pueblo constituye una clara excepción en cuanto a su sistema de administración pública. En el video adjuntado más abajo, su alcalde, Sánchez Gordillo, nos explica sin mayor retórica ni filigranas cómo funciona su llamada "democracia directa", donde los vecinos son los llamados a decidir por medio de su voto cuáles proyectos priorizar y realizar.
Por encima del sesgo ideológico de su líder, resulta difícil no convenir con que Marinaleda nos aporta un muy valioso ejemplo a comunas como Algarrobo, que con claramente mejores perspectivas de ingresos todavía transita en un letargo de desarrollo lento y precario.
1 comentario:
Es un ejemplo radical, un ejemplo para cualquier parte del mundo. Pero, ¿quién estaría dispuesto a asumir el costo de un sistema así? La ley de la oferta y la demanda nos tiene demasiado acostumbrados a pensar que nuestra libertad radica en la posibilidad de poder escoger lo que queremos... dentro de un abastecido mall. Así, por mientras, las autoridades se acostumbran a resolver los asuntos de todos entre cuatro paredes, se cometen arbitraridades de todo tipo, que se destapan sólo cuando alguno más avispado ejerce su derecho de informarse...
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