Por Pablo Salinas
En 2009, Lisselotte R. Álvarez (39) publicó
su primer libro -Nostalgias de lo Improbable-, después de algo así como diez
años dedicada de lleno al periodismo. Una década entera dedicada de manera
intensa, movediza, diría, creativa, a una profesión cuyo campo laboral
todavía conserva ciertos visos de precariedad que muchas veces obligan a quien
comete el desatino de elegir esta carrera como alternativa universitaria a hacer
esfuerzos francamente abnegados para mantener a tope la línea de flotación. Tal
ha sido el caso de Lisselotte: fue encargada municipal de prensa, la vimos en
el canal local de televisión, la escuchamos en la radio líder en sintonía de la
provincia, incluso se dio maña para armar su propia revista de papel couché de
turismo y avisajes y publicar cuatro o cinco números. Me había comentado que,
paralelamente a todas estas labores, seguía destinándole horas a la producción
literaria. A fines del año pasado, la cita fue en un amplio y cuidado jardín de
una casa de Algarrobo: la presentación de su segundo libro, Cuentos
desde la Locura. A los pocos días tomaría un vuelo que la dejaría en Nueva
Delhi. El plan original contemplaba unos meses en la India, posterior
desplazamiento a Europa, y de ahí un peregrinaje sin rumbo determinado ni fecha
de término. Hoy está de vuelta en el litoral.
Liss, vienes llegando de Bolivia, justo antes te
fuiste a recorrer la Patagonia y anterior a eso, un periplo de varios meses
por la India y Nepal. Perdona lo obvio, pero uno se pregunta ¿por qué tanto
viaje? ¿Qué busca la escritora, la reportera, en ese desplazamiento continuo?
¿O es que la vida en este litoral de pronto se te volvió terriblemente
aburrida?
Compleja pero natural pregunta. Mira, creo que mi
periplo se inició en mi habitación entre mis lecturas infantiles. A medida que
fui creciendo y leyendo pasaba más en otros mundos que en este. El viaje físico
lo hice cuando decidí irme a estudiar periodismo a Antofagasta, a la Católica
del Norte, y mi mente siempre siguió volando más rápido que el cuerpo, entonces
creo que todos esos años fueron parte de una etapa que todo escritor vive, la indoor
y la outdoor.
Ya, pero tu frenesí por el desplazamiento físico
parece no querer detenerse: ahora anuncias retorno a la Patagonia...
En realidad volví a Chile de imprevisto, porque la
policía de Inglaterra no me dejó entrar a Europa, de esto nacerá un libro
dedicado a la paranoia de los ingleses, que superan cualquier idea
conspirativa...Y, sí, estos viajes me surgen como espontáneos, como el paso natural,
para salir al mundo provista de estas historias, cargando mis cuentos, pero
además con un conocimiento del interior del ser humano, no digo que lo domino o
conozco a cabalidad, pero si inviertes en conocer tus profundidades estarás más
cerca de ese ser universal que somos, que compartimos todos. Y el viaje, este
viaje físico no es consecuencia de vivir en el promiscuo y tedioso mundillo del
litoral, eso, eso es mala suerte (Risas).
¿Es muy promiscuo y tedioso el mundillo del
litoral?
En realidad me parece que demasiadas personas
vienen al litoral escapando de las pequeñas y grandes miserias de las grandes
ciudades, sea Santiago o de otros países, pero comienzan a establecer tipos de
relaciones tóxicas, y finalmente, o más temprano que tarde, cada uno queda en
su bunker, cada uno tirando piedras para distintos lados, intentando algunos, a
su vez, hacer acciones que podrían ser constructivas y comunitarias, pero
finalmente terminan siendo pequeños espacios de disidencia y de ahí no se sale,
hasta que se diluyen.
Ok, pero este territorio carga el mote de ser
tierra de poetas, o artistas. ¿Tiene eso algo que ver con la realidad? ¿O no es
más que una majadera y no muy exitosa estrategia de marketing? ¿O simplemente
esto en algún momento fue así y ahora terminó por descomponerse sin remedio?
Sin duda la proximidad con Santiago y Valparaíso
hace que fuera y sea un buen lugar como primer puerto de escape de los
creadores. La vida agobia y deja poco o nada para el creador, para crear. Se
puede crear en las ciudades, pero a ratos la vida es tan abrumadora que no
queda tiempo ni cronológico ni mental para ello.
Creo que eso hace que muchos paremos acá, y algunos
encallan. Porque algunos venimos huyendo, haciendo una escala, buscándonos un
espacio cómodo... Presumo, sólo puedo hablar desde mi experiencia... Y otros
vienen realmente obnubilados con la idea de que se situarán en una gran
comunidad de artistas, super prolíficos y que este intercambio les abrirá paso.
El que viene con esa idea está condenado a la depresión. Porque si bien es una
comunidad más pequeña y podemos compartirnos nuestros trabajos y aficiones,
nadie está en condiciones de catapultar a nadie, ni siquiera en Santiago, ya
ves que los escritores más conspicuos de Chile están publicando igual que los
emergentes, en las mismas editoriales, y con cada nuevo libro haciendo los
mismos derroteros, pero eso es un gran tema aparte, sobre los caminos a la
publicación.
¿Qué pasa
con el periodismo ahora? ¿Lo metiste a un congelador? Te lo pregunto porque
voces autorizadas, entre ellas la de Borges, consideran que la esencia del
lenguaje artístico tiene que ver con la metáfora, lo indirecto, pero en lo
personal tiendo a pensar que éstos son tiempos que reclaman más bien la
claridad y contundencia del buen periodismo, por ejemplo.
El
periodismo me apasiona, me encanta en todas sus formas, pero principalmente
diario y radio, por su cercanía y el potencial educativo que tiene. Pero
hacerlo a mi modo es hacerlo contra todos, y si bien no me fatigó esa lucha, sí
cansa darse cuenta que las personas no quieren estar informadas, o peor aún,
pensar. Porque uno sólo muestra una pequeña porción, siendo la realidad siempre
interpretativa, los datos interpretativos, que se pueden afirmar o refutar según
el enfoque, donde la verdad no es algo plausible sino enfoques, pero más allá
de la discusión filosófica entorno a que el quehacer humano crea la realidad.
Con todo, las personas hace muchos años que están tratando de identificarse con
algo, de ser parte de algo, y este es un campo de cultivo ideal para los
conglomerados que les dan basura estandarizada y la consumen, la comentan y
organizan sus vidas en función de eso. No quieren tener puntos de vistas.
Se publica cualquier cosa en internet y nadie se lo cuestiona; pelean pero ni
siquiera verifican o acotan a qué se refiere una información. Tenemos más
medios para acceder a información pero estamos más incomunicados. En este
contexto, en que todos seguimos accediendo a los medios y a internet, podemos
elegir qué tipo de vida vivir y dónde influir. Yo prefiero influir en mis
libros, invertir ahora esta segunda etapa de mi vida en la ficción que es más
universal que lo inmediato, que nos hace olvidar las preguntas esenciales. Y
que me lea el que tenga que leerme, el que quiera leerme, al que le interese;
para los que quieren periodismo, bueno ahí están todos los demás, incluso no
periodistas que están comentando y subiendo temas.
En el
mundo de las letras, ¿existe machismo? ¿Como en todo? ¿No particularmente?
Súper
pregunta. Si fuera hombre, ¿me lo preguntarías? Parte desde ahí, que si uno es
escritor y mujer, entonces, de inmediato te preguntan si escribes cuentos para
niños. No me gusta hablar de literatura de mujeres, para mi literatura es
literatura, y no hay escritores ni escritoras, sólo escritores, genéricos, más
en nuestro oficio que podemos adquirir todos los géneros, todos los narradores.
Y podría
decir que sí, que existe machismo, porque se comenta poco o casi nada de
literatura escrita por mujeres. Hay un estudio que publicó en su época Carolina Rivas,
directora de la casa museo de Isla Negra, donde constató la proporción de
libros que publican mujeres y porcentaje o cantidad de menciones en la prensa
especializada (si es que existe). En ese ámbito macro diría que sí, pero en lo
inmediato nadie ha rechazado mi trabajo por ser mujer, que yo tenga noticias.
Otra cosa es lo doméstico, dónde seudos escritores, seudos talleristas, seudos
editores, que se jactan de no leer para no "contaminarse", algunos de
esos asumen que a tu libro le faltará algo o que harán una crítica literaria
sólo por provenir de una mujer, pero bueno, ese es un problema de ellos, una
herencia del patriarcado y no me afecta, porque una vez que me leen, los
cuentos hablan por si solos.
Háblame
un poco de en qué estás ahora, tus proyectos en literatura.
Con
Cartas desde la India, una novela epistolar que tengo bastante avanzada, ahora
en pausa hasta que repare la computadora. En Bolivia inicié una novelita quizás
bizarra, que reúne un poco las psicologías que se afianzan o manifiestan en los
viajantes o viajeros. Las excusas de vida que cada uno se inventa, los
personajes que caminan por esos otros países y cómo lo que no es aceptado en tu
país se acepta viniendo de un viajero, porque está de paso y algunos ese paso
lo dilatan 20 o 30 años, en una misma ciudad incluso. Pero viven de paso.
En India
visité muchos templos de diversas prácticas religiosas, incluso contrapuestas,
sikhs, hindúes, jainistas, budistas, y en todos siempre se exhibe alguna
pintura o fotografía de un sabio, un santo, que curiosamente es un escritor,
quien transmite la sabiduría. Y es por los artistas, escultores, pintores,
escritores, que existe el turismo como industria, porque viajamos a conocer
esos otros pueblos y sus construcciones, su cultura que ha sido forjada y
transmitida por los artistas. Lo inmediato se disuelve en el tiempo y el arte
tiene esa persistencia, siendo aparentemente tan efímero.
5 comentarios:
Hola...
Soy abogado, no escritor; pero por lo mismo, en parte soy escritor, y también he estado en India y en Nepal - con un grupo de Yoga -, hace algunos años (2003 al 2004, pasando el año nuevo en el estado de Bitar).
No conozco a Lisselotte. Por eso he querido hacer este comentario: me parece interesante la entrevista, y muy buenas las respuestas. Hay afirmaciones con las que coincido plenamente; y también he viajado, y he tenido - en cierta medida - las experiencias que ella describe.
Es de esperar que pueda trabajar tranquila, y que se sienta bien... La costa y el mar adyacente, tienen aspectos muy positivos; pero igual hay que sortear muchos arrecifes...
Saludos a ambos...
ET/
Lo siento, debió decir "...Estado de Bihar"
ET/
Estimado ET. Gracias por darse el tiempo de comentar. A mí también me interesa saber sus experiencias de esos viajes. Lisselotte R. Alvarez (Facebook)
Como siempre, las entrevistas de este informativo resultan ser muy interesante y nos dan diferentes visiones de cómo podemos ver, comprender y llevar, nuestras vidas en una Comuna, como Algarrobo, que es muy peculiar: tiene las facilidades para albergar a aprox. 100 mil personas, esto es, una ciudad importante. Pero, siempre ha sido dirigida como un pequeño pueblo quitado de bulla, que vive en torno a la única industria que tienen la Municipalidad, y pequeños negocios que cobran vida solamente durante dos meses en el año. Así, entonces, viven todo el año solamente unas 13 a 14 mil personas, en una ciudad fantasma. Con ese población tan baja, es muy difícil obtener de parte de las autoridades centrales fondos para crear o expandir buenos servicios públicos. La juventud que logra salir a estudios superiores regresa y no encuentra trabajo, debe emigrar. No llegan técnicos ni profesionales a vivir. Tampoco jubilados con ingresos altos, ni personas del ámbito de la cultura. La población envejece, no se renueva y así también se desvanecen los espíritus de emprendimiento y de superación. La Comuna se va jibarizando, encerrando como una isla y muchos se sienten orgullos, ya que somos los que somos y todos nos conocemos. Es verdad, pero, no comprenden que los tiempos han cambiado. Me recuerda un pueblo del norte, que se llamaba "Pueblo Hundido" y otra en el sur llamado "Peor es nada". Nos hace falta despertar, abrirnos, motivar a que se vengan a vivir a este paraíso terrenal, a mayor cantidad de personas. Todo esto se me viene a la cabeza, cuando la entrevistada, dice, refiriéndose a la vida de nuestro querido Algarrobos:
• En realidad me parece que demasiadas personas vienen al litoral escapando de las pequeñas y grandes miserias de las grandes ciudades, pero comienzan a establecer tipos de relaciones tóxicas, y finalmente, o más temprano que tarde, cada uno queda en su bunker, cada uno tirando piedras para distintos lados, intentando algunos, a su vez, hacer acciones que podrían ser constructivas y comunitarias, pero finalmente terminan siendo pequeños espacios de disidencia y de ahí no se sale, hasta que se diluyen.
• Y otros vienen realmente obnubilados con la idea de que se situarán en una gran comunidad de artistas, super prolíficos y que este intercambio les abrirá paso. El que viene con esa idea está condenado a la depresión. Porque si bien es una comunidad más pequeña y podemos compartirnos
Estimado Señor Patricio Gómez Bahamondes, agradezco sus comentarios, da cuenta de que tenemos no sólo motivos, sino ideas y energías para dialogar y es necesario. Me alegra también porque con la inmediatez y características de este medio, siento que pasamos por muchos temas sin alcanzar a profundizar pero veo que Pablo Salinas logró su objetivo, instaurar temas y diálogos.
En otras entrevistas o reportaje quizás podrían en este medio dar espacio a los que están haciendo gestión cultural, comunitaria y turística de manera independiente. Esas experiencias pueden ser un aliciente para quien ya migró al litoral o para los que vendrán.
Publicar un comentario