El caso de Sabela Gondulfes, en lo referido a su vínculo con Isla Negra,
desafía el estereotipo. Hace algunos años atrás, esta
gallega marcó este punto específico de nuestro litoral como destino de
su inminente viaje a Sudamérica.
En España ya había escrito y publicado varios libros; entonces un
impulso algo inexplicable la empujó a concentrar su atención en esta
mítica localidad del Pacífico Sur. Tuvo que ver su condición de
balneario, su cercanía con Santiago, su clima probablemente similar al
de sus tierras natales...
en ningún caso Neruda. Algo sí tenía muy claro: venía a Chile a
escribir. Pero en esto, contradiciendo lo que dicta el libreto, la
presencia del Nobel no jugaba ningún rol.
En
2007, con dos hijos todavía en edad escolar, había pasado una larga
y fructífera temporada en Argentina. Tras volver a Galicia, con el paso de los años y
una vez más desahogada en su rol de madre en cuanto a educación y
crianza, decidió volver. Esta vez, de este otro lado de los Andes.
Llegó
por primera vez a Chile en marzo de 2015, y afincada en Isla Negra, las
horas quizá serenas que le dejaba disponibles su trabajo en un hostal,
le permitieron avanzar y dar cierre al proyecto literario que se
fraguaba desde mucho antes de su partida de España. Se puso en contacto
con el editor y escritor de El Tabo Mario Barahona, y su nuevo libro,
"Pielando", se publicó en septiembre de ese mismo año, coronando, en
febrero siguiente, con una presentación, ahora sí ajustándose al
libreto, en el Museo Neruda.
A las pocas semanas, y tras un año entero en Chile,
tomó las maletas y volvió a atravesar el Atlántico. Se habría podido
pensar que el capítulo chileno llegaba entonces definitivamente a su
fin, pero no. Meses más tarde volvió, reincidiendo en Isla Negra, cruzó
los Andes arriba de una moto, conoció el desierto de Atacama... y partió
nuevamente a España. Ahora, hace cosa de un mes, Sabela ha vuelto,
inaugurando su tercera temporada por estos pagos. Y con un nuevo libro
en fase de corrección final. "Deshilachando banderas", un conjunto de crónicas de viaje
escritas en su gran mayoría durante el tiempo que trabajó en un hostal
en San Pedro de Atacama el invierno pasado.
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