Por Pablo Salinas
Por estos días, el proceso contra el alcalde de El Tabo, Emilio
Jorquera, entra en una etapa decisiva. El Tribunal Electoral solicitó
hace poco la entrega de antecedentes cruciales, como el informe de 2018
de Contraloría. La prensa provincial, al fin, tras más de un año de
hecha la denuncia, cubre el caso. Peligra la cabeza del jefe comunal,
quizá por eso ahora se toma el asunto con más seriedad. La concejala tras
la gestión de elevar el pedido de destitución contra Jorquera, Gloria
Carrasco, armó su carpeta acusatoria en gran parte en base a los
resultados hechos públicos en junio del año pasado en una nota que
escribí para El Indagador (récord de visitas 2018). Bastián Brito, vecino crucino, había hecho su
tesis de título sobre el daño ambiental en la zona dunaria conocida
como Gota de Leche. El daño era grave, muy grave, pero los vínculos con
Jorquera todavía no eran sólidos. La investigación se orientó
precisamente a eso, a dar con esa hebra, soplar sobre la capa de polvo y
dejar en claro y a la luz la conexión entre Jorquera y la actividad
dolosa en el Fundo Santa Margarita.