La destacada periodista Marisol García presentará este viernes 29 de septiembre su nuevo y esperado libro, "Llora, Corazón", esfuerzo investigativo que se concentra en uno de los géneros más populares, como también más despreciados, de la música chilena: la canción cebolla. El lugar escogido para el evento será nada menos que el restorán "El Checo", de San Antonio. Lejos de una elección al azar, la tradicional picada sanantonina viene a ser, según la misma autora, el verdadero "epicentro cebollero y sentimental". Lugar de nacimiento de Ramón Aguilera y Rosamel Araya, próceres del género, sumada a su ya mítica bohemia de décadas pasadas, el puerto condensa, en rigor, lo medular de la génesis y desarrollo de este, hasta ahora, escasamente estudiado movimiento musical.
Conversamos en exclusiva con la periodista sobre su nuevo libro.
-"Las canciones cebolla todavía se escuchan, pero muchos prefieren escucharlas en privado". Así lo mencionas en la presentación del evento en facebook. ¿Qué te lleva a escribir un libro sobre un género musical que sufre hoy una carga, un estigma tan particular?
Ejerzo el periodismo de música hace veinte años, y esto es música chilena atada a nuestra memoria y el curso que sigue el canto más popular. Me parecía absurdo que eso no tuviese un registro acorde a su importancia. Se trata de un cancionero popular, muy difundido y conocido, muy querido, y como tal creía que podía tener un relato firme con el que acompañar su desarrollo en Chile. Y a poco haber iniciado el reporteo me di cuenta que sí, que esa historia estaba, y que mi tarea era registrarla. Creo que dice mucho sobre la canción chilena, sobre nuestra historia reciente, y también sobre nuestros gustos y complejos, por la vergüenza que para algunos ha sido asumir esta sensibilidad destemplada y bohemia entre sus preferencias. Creo que más que “mirar en menos” es perpetuar un malentendido que nace de complejos personales, de nuestra educación sentimental y clasismo instalado en torno a qué constituye “buen y mal gusto”, y toda esa tontera sobre que habría música que debemos escuchar “con culpa”. Hay quienes prefieren guardarse gustos musicales en privado. Como si ocultasen algo inconveniente. El problema es suyo, no de los músicos ni de las canciones. Uno de los ocho capítulos del libro es sobre cursilería. Reflexiono sobre su estigma, y la vez sobre lo inevitable que resulta en la cultura popular latinoamericana, incluso hasta ser una suerte de resistencia en períodos demasiado marcados por la retórica política o mercantlilista.
¿Qué lleva a que, no hace demasiadas décadas atrás, se genere esa actividad tan rica, en torno a la bohemia en San Antonio? Tras tu investigación, ¿qué factores destacarías como distintivos en esa particular vida nocturna, en esa particular efervescencia de otrora, donde la canción cebolla ocupaba un rol esencial?
Sin ser yo sanantonina, por la historia escuchada y leída queda la impresión de un tiempo de muy transversal intercambio en torno a la bohemia del puerto, sin grandes distinciones de extracción social, con una convivencia que cruzaba día y noche en la que, más allá de las preferencias de cada uno, la música era un fondo común, incluso para los niños. Imagino cuadras en las que los sonidos del bolero eran inescapables, y eso ciertamente queda en la memoria y la formación musical y sentimental, como algo natural.
La señal de presentar tu libro "Llora, Corazón" en San Antonio parece bastante potente, pero igual abre una interrogante. El puerto, que ahora emerge como el mayor de Chile por la cantidad de carga que mueve, luce, sin embargo, mucho menos pujante en materia cultural, al menos enfrentado su casi natural rival Valparaíso. Aparte de la cuna de R. Aguilera y R. Araya y de un pasado de esplendor, ¿qué vendría a ser hoy San Antonio en cuanto a la canción cebolla?
Sucede que puedo prescindir del análisis sobre la situación actual en la música en los puertos chilenos, pues el grueso del libro narra historias sucedidas en los años sesenta y setenta (también un poco antes y un poco después). Y, en ese período, San Antonio sí resultaba vital, como espacio de vida nocturna, de bohemia en torno a la música, de carácter de vínculo entre la expresión popular y lo sentimental, de plataforma a nuevas voces a través de radios locales, etc.
El
libro cruza en algún momento hacia cómo esta sensibilidad "cebolla"
pasa al pop y otros géneros (sobre todo, a través de Los Ángeles Negros)
pero es libro más bien de crónica de investigación y de archivos.
"Llora, Corazón" se presentará este viernes 29 de septiembre a las 19 horas en Restorán "El Checo" (José Manuel Balmaceda 223). Intervendrán, además de la autora, el cantante Marco Aurelio y el conjunto Tristeza Marina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario